David Urazan Figueredo

STATEMENT

                   

Mi obra indaga en el cuerpo como imagen, dispositivo y elemento de afectos.   

 

Primera nota:

La máscara, cuento de terror.

Mi obra comenzó a tomar rumbo al descubrir la máscara, el ocultamiento y el terror a la identidad. El descubrirse y entenderse suele ser una confrontación grande, el saberse persona, ser o humano es un gran momento en el desarrollo psicológico, cultural y social. Pero qué ocurre cuando ese descubrimiento se altera? se vuelve múltiple? se pone en juicio? Nace el terror, nos encontramos con el otro en nosotros, esa figura literaria tan temida en los cuentos de vanguardias literarias victorianas, en los cuentos góticos e incluso, en el cine contemporáneo.

La máscara como dispositivo artístico fue el detonante de una búsqueda estética que me ha ayudado a entenderme y entender el mundo a mi alrededor.

El construir máscaras, dispositivos y otros elementos más, al accionarlos me llevaron a retratarlos/ilustrarlos, a generar en ellas historias propias, nombres e identidades. La máscara se convirtió en la respuesta a un rostro blanco, a un rostro único, el cuerpo perfecto ahora es disidente, violento y convulso, un cuerpo con hambre que busca respuestas por medio de la imagen. Los rostros se ocultan y los cuerpos también. Se escapan y buscan respuestas.

La máscara, el otro, alejarse o encontrarse. El ser es el camino para encontrarse, y me he encontrado mientras busco.

 

Segunda nota:

En mi práctica artística usó el cuerpo como un dispositivo de exploración plástica y conceptual.

El cuerpo, herramienta íntima, política y espacial invade la plástica desplegando narrativas físicas, emocionales y visuales por medio de la construcción de lo cotidiano; el ocultarse, correr, fugarse y temblar son algunos de las interacciones que fundamentan mi quehacer desde lo conceptual y que se transforman en obras al ser “performadas”, fotografiadas, y/o pintadas.

 

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En mi práctica artística uso el cuerpo como un dispositivo de exploración plástica y conceptual.

El cuerpo, herramienta íntima, política y espacial invade la plástica desplegando narrativas físicas, emocionales y visuales por medio de la construcción de lo cotidiano; el ocultarse, correr, fugarse y temblar; enfrentarse a otros, los golpes, encuentros, choques, besos, abrazos….. Las anteriores son algunas de las interacciones que fundamentan mi quehacer desde lo conceptual y que con el tiempo he descubierto se enfrentan o impugna mecanismos o ideas de poder como la ciencia, religión y/o lo normativo.

Ahora bien, busco un cuerpo que sea convulso y se enfrente a sí mismo. Que pueda enfrentar la imposición de mecanismo convirtiéndose en uno dispositivo, siguiendo normas de manera puntual, exagerada y creando normas propias que lo sobre exploten.